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Autor de la fotografía: TodoPeñíscola

Peñíscola solicitará que los tesoros pontificios sean declarados Bien de Interés Cultural

La cruz procesional, el cáliz y el relicario son de principios del siglo XV y fueron empleados, en la misma ciudad, por dos pontífices en el ejercicio de su pontificado, Benedicto XIII y Clemente VIII


June 1, 2014 - 07:06

    

Con motivo de apoyar la solicitud del Municipio de Peñíscola de declarar Bien de Interés Cultural a las tres joyas pontificias que se encuentran en el templo parroquial local, la Asociación de Amigos del Papa Luna está concluyendo un informe en el que se recogen aportes inéditos sobre estos relicarios históricos.

Los tres tesoros que postulan para la obtención de este reconocimiento por parte de la Generalitat Valenciana son: la cruz procesional, el cáliz del Papa Luna y el lignum crucis o relicario empleado por su sucesor, Clemente VIII.

Estas tres piezas son de inicios del siglo XV y forman parte del arte ojival comarcal perteneciente a los talleres de Sant Mateu. De forma concreta, tanto la cruz como el cáliz pertenecen al punzón de estos talleres que el propio rey de ese entonces entregaba solo a los orfebres de mayor prestigio. Por otro lado, el relicario, del que se desconoce su origen, cuenta con influencias francesas, italianas y valencianas en su estilo. Esto ha llevado a los estudiosos a creer en la posibilidad de que su origen fuese la corte de Aviñón, desde donde habría sido trasladado a los talleres de Sant Mateu para que se le practicaran cambios adicionales. Es decir, sería reelaborado para el pontífice Clemente VIII, incorporando su escudo papal.

La AAPL ha realizado a lo largo de los últimos años una recopilación exhaustiva sobre esto tesoros pontificios tras lo cual ha elaborado un informe en donde sostiene la procedencia templaria de pequeños fragmentos de la Vera Cruz o auténtico Leño de Cristo, elementos presentes tanto en la cruz como en el relicario. Esto a partir de documentos de inventario hechos por la Orden del Temple entre los años 1310 y 1311. Estos a su vez coinciden con un documento papal de 1430 y otro de los herederos del papa Clemente VIII que datan de 1448. En el año de 1430, luego de haberse realizado la apertura de la lápida sepulcral de Benedicto XIII para trasladar sus restos a Illueca , su lugar de nacimiento, se encontraron multitud de reliquias que se explicitan en los citados inventarios.

Además de ello, la singularidad de estas joyas reside en que fueron empleadas en la liturgia por parte de Papas de Peñíscola durante el Cisma, entre los años 1411 y 1423, por el Papa Luna, y entre los años 1423 y 1429 por Clemente VIII.

Sobre su valor artístico se ha destacado lo original del uso de la filigrana y el esmalte en su confección, así como el detalle de los escudos heráldicos pontificios y lo extraordinario de los anagramas en latín y griego de Jesucristo. También existen otras marcas aun no identificadas por los estudiosos en la materia. En cuando a la cruz, esta posee grabados de Cristo patines, Descendimiento de la cruz, representaciones de peces, el escudo papal de Benedicto XIII y el escudo foral de Valencia. Finalmente, en el Signum crucis las imágenes son Virgen entronizda, Varón de Dolores, Dolorosa, San Juan evangelista, soldados guerreros y el blasón pontificio de Clemente VIII.

Un dato aparte es la singularidad de la Cruz Procesional, que se hallaría formada de cristal de roca, tallado y pulido en Alemania con la técnica Glyptein y llegado a los obradores valencianos procedentes de Venecia. Todo esto la hace una pieza única de incalculable valor, conformando así una de las pocas reliquias de este tipo en la Comunidad Valenciana. La pequeña placa central que contenía la reliquia de la cruz está ornamentada por cuatro zafiros.

Sobre el caliz, la documentación indica que este sería uno de los prototipos de una serie de cálices denominados “cálices del Papa Luna”, que habrían sido hechos durante el s, XV por toda la Corona de Aragón. Por supuesto, el modelo de Peñíscola posee más rica ornamentación y esbeltez.

Para concluir, el análisis estilístico del lingum crucis revela proporciones y geometría excepcionales a pesar de la mezcla de influencias de diversos países que se pueden percibir.

El expediente que intentará lograr el reconocimiento de estas joyas por parte de la Generalitat Valenciana, se apoya además en los registros de la admnistración autonómica que se realizaron durante las tareas de restauración y puesta en valor del patrimonio peñiscolano dentro del programa La Luz de las Imágenes (2005).

Al respecto, han sido puestos a conocimiento del alcalde, Andrés Martínez, las conclusiones del informe que la AAPL entregará en breve al municipio de manos de su presidente, Juan Bautista Simó.

Martínez ha mostrado su expectativa por conseguir la meta que es el reconocimiento de estas piezas locales de tan alto valor. Esto, permitirá seguir poniendo en valor el patrimonio así como prestigiar la figura del Papa Luna en Peñíscola y en el resto de la comunidad.

                                                                                         


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